¿Qué factores influyen en la motivación de un adolescente? ¿Cómo funciona el mecanismo motivacional? ¿Qué puedo hacer yo para activarla y qué no debo hacer para hundirla? Estas cuestiones son dudas que nos surgen a la hora de lidiar con nuestros hijos e hijas en las situaciones diarias. Son totalmente normales y a pesar de la amplia información sobre los procesos motivacionales, es cierto que el rango comprendido desde la desmotivación hasta la motivación intrínseca es amplio y depende de muchos factores, tanto internos, externos como de personalidad y carácter.
Hoy quiero compartir una visión de la motivación abordada desde la teoría de la autodeterminación de los psicólogos humanistas Deci y Ryan, más concretamente desde su teoría de la integración orgánica, me parece sencilla y aplicable para poder entender en qué punto motivacional se encuentran nuestros hijos (o tú) en la realización de diferentes tareas y cómo podemos actuar en consecuencia.
La motivación es un proceso psicológico básico de activación (igual que la emoción), ayuda a las personas a ponerse en marcha para actuar, realizar tareas o mantener conductas.
Estos psicólogos proponen un rango de menos motivación a más motivación determinados por diferentes grados o niveles, ¡Vamos a ello!
- Desmotivación (nivel 0): es el nivel más bajo, no existe activación, la persona no tiene intención de actuar, porque se siente incapaz o considera que no va a obtener los resultados que desea. Si decide actuar lo más probable es que la actividad se desenvuelva de forma desorganizada y esté asociada a miedo, frustración o síntomas depresivos. Ej: no sé por qué voy a clase, siento que no soy capaz de comprender los contenidos, no estoy a la altura de los demás y además lo que debo estudiar no me gusta. Ej adulto: Mi trabajo es un horror, me gustaría cambiar pero siento que no soy capaz y a dónde voy a ir yo con mi edad.
Podemos comprender los niveles de motivación equiparándolos al funcionamiento de una pila recargable, como por ejemplo las que usamos en los mandos de nuestra TV.
El nivel 0, sería el caso de una pila que aunque la conectes al cargador no se carga, o la sustituyes, o la reparas, incluso aunque la intentes recargar se puede quemar o estropear el cargador.
Es el momento de identificar como progenitores (o a nosotros mismos) qué le está pasando, qué habilidad o capacidad necesita aprender para ponerse en marcha. Nos muestra que su autoestima está dañada y está bloqueado/a.
- Motivación extrínseca: Está determinada por recompensas o agentes externos, es decir, la persona se activa para comprometerse en una acción por las consecuencias que conlleva más que por la actividad en sí. Abarca un rango de 4 niveles.
- Nivel 1, es el más próximo a la desmotivación y sucede cuando la persona actúa para conseguir algo positivo (recompensa) o evitar algo negativo (castigo). Cuando se elimina una de las dos cosas, la conducta desaparece. Ejemplos de aseveraciones que ponemos en práctica y no son duraderas en el tiempo “hasta que recojas tu habitación no saldrás con tus amigos”. “Si estudias 2 horas al día podrás usar la consola 2 horas más”.
- Nivel 2, la persona asocia las acciones a expectativas de auto aprobación, prima el reconocimiento social, disminuye su ansiedad y evita sentimientos de culpa que tendrá si no lleva a cabo la actividad. Ej: “Hago ejercicio para mantenerme delgada y que los demás me vean mejor”.
En estos dos primeros niveles nuestra pila recargable es de baja calidad, hay que recargarla cada poco tiempo y la pila no es capaz de medir su nivel, por lo que no es consciente de cuándo llega a estar vacía, de tal manera que el cargador debe estar atento para recargarla.
En esta situación nuestros hijos aún no han conectado con sus capacidades o con sus propósitos sobre lo que realmente desean y el es momento de darles un empujoncito desde nuestro amor incondicional acompañándoles, ofreciéndoles nuestra mano y aportándoles diferentes opciones que les inviten a la acción. Realizar un seguimiento para que se sientan seguros nos ayudará a conseguir un resultado óptimo. En el caso de los adultos, si identificas que estás en este punto con algún aspecto de tu vida, es un buen momento para acudir a un profesional para que te guíe.
- Nivel 3, posee un grado medio de autodeterminación y ocurre cuando la persona realiza una tarea libremente con la intención consciente de conseguir un objetivo valioso para ella, no por placer. Genera menos ansiedad y culpa. Ej: “voy a clases de piano porque es importante para mis padres, me ayuda a conocer gente nueva y aprendo”.
- Nivel 4, es el grado más elevado de conducta motivada externa y está muy relacionada con la edad adulta. Ocurre cuando la persona evalúa la conducta y actúa congruentemente con sus valores y necesidades a pesar de que la actividad no genere placer. Implica integrar la actividad como una rutina o estilo de vida. Cualquier actividad de responsabilidad rutinaria diaria que realizamos los adultos, sin que nos genere placer en sí misma, está relacionada con este rango de motivación
En los niveles 3 y 4 la pila es de buena calidad, está trabajada y consciente de la necesidad de mantener su nivel de carga y regularse autónomamente para acudir por sí misma al cargador y elevar su nivel de energía para conseguir resultados.
Es un punto difícil de alcanzar durante el primer periodo de la adolescencia, implica un aprendizaje interior y conexión con las cosas importantes para ellos. Una vez alcanzado, son capaces de realizar tareas a pesar de que no les guste para conseguir algo posteriormente. En este momento ha aumentado su autonomía y nuestro papel es de mero observador por si decaen y puedan sentir que tienen la confianza de contar con nosotros.
- Motivación intrínseca (nivel 5): es el nivel más alto de autodeterminación, la actividad se convierte en un fin en sí misma. Será mayor cuanto más competente y eficaz se sienta la persona realizando una tarea, produciendo mayor sensación de placer. Genera un gran compromiso. Este tipo de conducta posee una característica muy importante; incluso una vez alcanzada la meta, no solo persiste el interés por la actividad, sino también las sensaciones de competencia y autorrealización.
- Está relacionada con la curiosidad, necesidad de explorar el entorno y el placer que se siente al llevar a cabo una actividad sin la obtención de gratificaciones externas directas.
- Genera sentimientos de diversión, interés, satisfacción, competencia y autorrealización.
Nuestra pila recargable, sólo por el hecho de realizar la actividad se recarga por sí misma.
Este es el caso cuando vemos a nuestros hijos alegres, determinados, enfocados o enérgicos. En este periodo situaciones como, salir con sus amigos, centrarse en un hobbie, explorar nuevos caminos, vestirse de una forma u otra o sentirse competentes en un ámbito concreto son acciones que les conectan con su motivación intrínseca.
¿Puedes identificar en qué nivel de motivación se encuentra tu hijo en los distintos quehaceres diarios? ¿Qué papel juegas tú en cada uno de ellos? ¿Qué estás dispuesto a hacer para centrarte en lo que él necesita y no en lo que tú quieres?
Espero que este artículo pueda darte alguna idea de cómo acompañar a tu hijo/a a elevar su nivel de motivación.
¡¡Apuesta por vuestro bienestar personal!!
Silvia Iglesias Gómez